miércoles, 3 de marzo de 2010

Mi segundo día en Weblogic Seminar- Ciudad Panamá

Contemplando el paisaje nocturno, a través de la ventana de mi habitación en el piso 12 del Hotel Paitilla, imaginaba, cuando la ciudad capital de Costa Rica, podría verse como se observa hoy día, este sector de la capital Panameña.

Esta capital Panameña, tradicional y cosmopolita, esta llena de contrastes. Hoy de un momento a otro, a pesar que la afluencia de autos, es bastante pesada a esta hora ( 7:00pm ), un acto, festividad, procesión, etc, como usted le quiera llamar, recorría de este a oeste, las calles aledañas al Hotel.

Y es que por estar en territorio "Judio", como me lo describió la conductora del taxi, que me traslado del
Aeropuerto al Hotel, es que se puede precisar, el gran poder económico, social y político, que tienen estas personas en este país.

Porque, para ser sinceros, no creo, que ni por más pintado que sea el fulanito de tal, en nuestra querida tiquicia, podría desfilar, cantar, bailar y celebrar, en una actividad familiar - a lo sumo eran unos cuantas decenas de personas -, por las principales calles de San José, a plena hora pico, con un perfecto equipo de sonido, que no dejaba duda alguna, que quién iba por ahí o lo que se estaba celebrando, era sumamente importante.

La sensación, que me dejó, fue como estar en algún lugar de Israel y no en nuestro vecino país.

País de constrastes, calles sin huecos, - por lo menos a lo largo del recorrido que he hecho-, con sus famosos "Diablos Rojos", autobuses artísticamente pintados y arreglados, en medio de edificios, que según referencias que me dieron, alcanzan, algunos de ellos los 40 o más pisos.


Es una ciudad construída hacia el cielo, intentando ocupar cada espacio disponible. Pareciera que el mensaje es claro, Panamá
apunta a lo grande!!

Bellas edificaciones, algunas con destellos de oriente y sumamente modernistas, bordeadas eso sí, de un mar enfermo, en donde van a dar las aguas negras de la ciudad, sin ser tratadas.

Pequeñas y humildes casas, a un costado de la vía que conduce hacia la Costa Este, que provocan un acto de reflexión y un contraste gigantesco, con los super departamentos de lujo y sus elegantes "suites" en lo más alto.

La riqueza no llega a todo el pueblo Panameño. Unos pocos extranjeros, se llenan los bolsillos de dinero y pareciera ser, que estos pocos, no estan dispuestos a devolver, aunque sea, una pequeña parte de su riqueza al pueblo.

Una ciudad Panamá, donde los conductores de vehículos lujosos, parecieran decirte en la calle, "quitate que voy", aquí mando yo.


Y que hay de la gente normal y mortal, como yo?. Bueno hasta el momento, la mayoría personas amables y calurosas. Uno que otra excepción a la regla, como el chequeador de taxis del Aeropuerto, que sin saber, que iba un "Tico" en el taxí, trató a los nuestros de una manera despectiva, pero de estos hay en todas partes, incluso en nuestro país.

Son personas de mente muy pequeña, que no pueden lidiar ni con
su inútil vida, ni con el día a día, porque personas así, no dejan nada bueno a su camino.

A la hora de la llegada al Aeropuerto, ningúna queja. A pesar que era tarde, cuando llegué el día Lunes y que la cantidad de gente, era bastante considerable en la terminal, la persona que me atendió en el mostrador, parecía que había ingresado a las 7:00 am y eran apenas las 7:01 am. Amable, sincero y muy caluroso. Así es la imagen de los "Panas", que yo conozco, en mi país.

Ojalá, que tenga la oportunidad, de venir en otra ocasión, pero esta vez, con mayor tiempo, para poder conocer los alrededores y las muchas maravillas que tiene este hermoso pueblo hermano.

No más, - como diríamos en tiquicia - no dejen de lado, el cuidado de sus recursos naturales. Al menos, por los alrededores del Hotel, la limpieza es increíble. Mentiría, si he visto a alguién tirar basura a la calle en estos dos días y mucho menos, ver la no muy agradable vista, que nos da cada día, el sector de los Hatillos, al pasar, por la carretera de circunvalación, donde los vecinos, no han logrado comprender, que la basura, no se tira, al lado de la carretera.

Pero no son sólo los vecinos. En repetidas ocasiones, he visto gente muy elegante, de traje entero en su BMW o Mercedez, sacar una bolsa de basura y dejarla al
lado de la carretera. En esto debo reconocer, que los ticos, somos bien cochinos.

Ahí se les dejo picando, para ver quién le puede dar.

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