En un artículo publicado en The New York Times, Thomas Friedman expone su punto de vista, sobre la democracia en la Rusia de Putin y su colega Medvedev en un solo párrafo:
Rusia es hoy una especie de democracia, pero no realmente.
Es una especie de mercado libre, pero no realmente.
Tiene una apariencia de imperio de la ley que protege los negocios, pero no realmente.
Es una especie de país europeo, pero no realmente.
Tiene una especie de libertad de prensa, pero no realmente.
La Guerra Fría con Estados Unidas parece terminada, pero no realmente.
Intenta convertirse en algo más que un petro-Estado, pero no realmente.
Es una especie de mercado libre, pero no realmente.
Tiene una apariencia de imperio de la ley que protege los negocios, pero no realmente.
Es una especie de país europeo, pero no realmente.
Tiene una especie de libertad de prensa, pero no realmente.
La Guerra Fría con Estados Unidas parece terminada, pero no realmente.
Intenta convertirse en algo más que un petro-Estado, pero no realmente.
Y es que este tipo de pensamientos, adornan y justifican las palabras de Sergei Zheleznyak, miembro del partido gobernante en Rusia y a la vez, vicepresidente de la Cámara Baja del Parlamento, publicadas el día de ayer miércoles, en relación a una serie de revelaciones dadas por el denunciante Edward Snowden, quien fuera guardia técnico de seguridad de la CIA, en varios medios de prensa, desde Hong Kong, en donde solicitó asilo político.
Sergei, escribe, es necesario impulsar en Rusia un diseño de estrategias con respecto a su acercamiento a Internet. "Rusia debe aumentar su soberanía digital y desligar a sus ciudadanos de sitios web extranjeros."
Este tipo de declaraciones, tiene una sola cara, "La cara de la Censura". Pero tendrá algún grado de razón Sergei en sus pensamientos.?
A ver, Sergei indica que va a introducir una legislación en el otoño ruso, para crear un servidor nacional, que según los analistas, podría requerir, que los sitios extranjeros, se registren en el territorio ruso, dando así, acceso a puertas traseras, a los servicios de seguridad, propios del Kremlin. El artículo continua, indicando que Rusia, esta buscando la manera de hacer frente al crecimiento de las redes sociales en la nube como Twitter y Facebook en su país, particularmente, como producto de las protestas callejeras que acompañaron el regreso de Vladimir Putin al Kremlin el año pasado.
Zheleznyak, justifica este tipo de acciones, basado en el hecho, que los EEUU que representa un bastión de la democracia, ha estado llevando a cabo, vigilancia minuto a minuto de decenas de millones de ciudadanos de Rusia y de otros países. Palabras publicadas en la revista Economía y Vida ( Ekonomika i Zhizn ).
Para el miembro de la Cámara, las principales compañías de Internet, que se formaron en los EEUU están involucradas en una historia turbia y estas empresas operan en el territorio ruso.
"Creo que tenemos que garantizar la soberanía digital de nuestro país. El mundo está cambiando", escribió Zheleznyak. Propongo la creación de una red de servidores nacional, que incluiría los datos personales de cada usuario y sometería a todas las páginas web a las leyes rusas."
Un analista ruso que se centra en los servicios de seguridad rusos e Internet, dijo: "Parece que el escándolo de la NSA es una excusa perfecta, para que las autoridades rusas, puedan lanzar una campaña para llevar a las plataformas web globales como GMAIL, Facebook ó Twitter, bajo la regulación rusa. Ya sea, que tengan que ser accesibles en Rusia por extensión del dominio o que se les obligue a estar alojados en el territorio ruso, para ellos tener control a puertas traseras."
Sergei, termina su artículo afirmando, que el Kremlin debe reforzar el apoyo de la industria de la web rusa. "Tenemos que crear nuestros propios productos de información, y no utilizar los de otros".
A la luz del escándalo cubierto por los distintos medios de prensa como The Guardian, The Times y Whashington Post, pareciera ser, que Sergei tiene suficientes bases, para poder encontrar eco en el Parlamento y establecer una Censura, dibujada debajo de un tapete de soberanía y protección, en la cuál, difícilmente podrán encontrar algún retractor dentro de Rusia y fuera de ella.
El principio básico de libertad en la red del pueblo ruso, podría tener los días contados.
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