En el papel, no hay absolutamente ninguna razón para que un robot realice quejidos o flexiones. Después de todo, un robot no tiene grasa para quemar, músculos para entrenar o una mente capaz de sentir el placer de ejercitarse. Todo esto plantea la pregunta, ¿por qué los ingenieros desean explorar la idea de crear un dispositivo capaz de hacer ejercicio?
La respuesta más lógica a esta pregunta sería "porque pueden".
Más específicamente, los investigadores de la Universidad de Tokio han creado un humanoide robótico que se ve mucho más realista que algunos otros artilugios que hemos visto este año. De hecho, la conexión entre humanos y máquinas nunca ha sido tan obvia. Este dispositivo no solo se ve como un ser humano, sino que también imita con éxito el movimiento de sus contrapartes humanas. Es un desarrollo bastante intrigante, ya que los humanoides a menudo se mueven como toros mecánicos en una tienda de porcelana.
Conocido como Kengoro, el robot es muy interesante de contemplar por muchas razones diferentes. Juega bádminton, te hace ver mal mientras hace ejercicio, y suda más cubos que la persona promedio en una sauna.
La última característica es bastante desconcertante, considerando que no hay ninguna razón aparente para que un robot sude. Al mismo tiempo, es natural que lo hagan, ya que haría que su integración en nuestra sociedad fuera mucho más fluida.
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