jueves, 8 de julio de 2010

La guerra o maldita guerra, juego de adultos, sedientos de poder y gloria.

Gracias a un video, que mi amiga Giovanna, del grupo de usuarios de Oracle de Colombia, compartió en la red social de facebook y que adjunto en este comentario, buscaba información, que pudiera ilustrar y expresar, lo que siempre he pensado acerca de la guerra.  No es porque viva en un país, que tomó la decisión de abolir el ejercito, hace más de 60 años, que tenga un pensamiento tan marcado con respecto a este tema.  Por que, a pesar de vivir en un país sin ejercito, nuestro pequeño país, se ha militarizado a pasos agigantados.  Las noticieros televisivos y radiales, estan llenos de sucesos, dónde día con día, mueren más personas, víctimas de asaltos, ajuste de cuentas por drogas, violencia doméstica, etc.  El actual gobierno y los anteriores, se han puesto una venda en los ojos y no han querido asumir el compromiso y ser los responsables, de aparecer en los libros de história, como los primeros en aportar algo, para recuperar la paz y la tranquilidad, con la cuál viviamos hace unos 15 a 20 años atrás.

No me imagino, que podrá haber en la mente de la gente, como la entrevistada por este Sr. Hernán Zin, que en realidad, han sufrido en carne propia, lo que es una guerra, tan estúpida como otras tantas, como lo es el conflicto entre el pueblo Palestino y el Israelita.

Hasta dónde llegan las pasiones, impulsadas por credos religiosos, en estos pueblos.  Habrá querido Dios, de manera deliverada, con sus promulgaciones a través de la mente de los "estudiosos" de aquellos tiempos, elevando al pueblo de Israel por encima de todos los demás, como el pueblo elegido de Dios, perpetuar en la humanidad tanto odio.?

Por el momento, me gustaría poder pensar sobre este tema y otros más de impacto global, pero me consume la mente en su totalidad, la transformación tan inesperada, que la sociedad de nuestro país esta sufriendo.

Aún estamos a tiempo de recuperar nuestra paz y tranquilidad.  Los políticos y políticas de nuestro país, tienen la papa en la mano.  Ustedes deciden, si quieren dejar un mejor lugar para vivir, para sus hijos y nietos y para nuestras familias, o si quieren, que tarde o temprano, sean parte de la estadísticas, de la cuáles ya yo formo parte.

El blog de Hernán Zin, es http://blogs.20minutos.es/enguerra/, mis respetos para este señor.

Así empieza Meir:






Todos los males del conflicto de los últimos cien años los puedes concentrar en una imagen, en una frase, en un momento congelado, y eso es lo que tú has visto en Gaza a lo largo de los últimos dos meses.

Empiezo con Meir Margalit. Nacido en Argentina, llegó siendo un convencido joven sionista de derechas que venía a luchar por el sueño del Gran Israel. Pero tras la guerra de Yom Kippur, en la que fue herido, comenzó a comprender que la ocupación era un error, que no valía el sacrificio de tantas vidas. Hoy, al frente del Comité Israelí contra la Demolición de Viviendas (ICAHD) , intenta poner fin a la segregación y reclusión que padecen los palestinos en Jerusalén, Gaza y Cisjordania.

En Gaza está, primero, la gran mentira. Decimos que nos hemos ido de allí y que no entendemos por qué nos siguen tirando misiles Qassam, lo que no es cierto. Algunos dirán que es la gran mentira del proyecto sionista desde siempre. Otros dirán que es algo nuevo. En definitiva, lo que hicimos fue cambiar las normas de la opresión: antes los oprimíamos desde dentro, ahora los oprimimos desde fuera. Antes los matábamos desde tierra, ahora desde el aire. Antes los asfixiábamos con los tanques dentro de la franja, y ahora en las fronteras. Pero en síntesis es lo mismo. Cambió la forma no el contenido. Está ahí toda esa gente inocente, como la que tú me has mostrado, que muere sin culpa, sin motivo, en vano.

Pero lo terrible es que estas personas son asesinadas a través de la última tecnología de un país que ejerce el terrorismo de Estado. No hay ninguna diferencia entre el suicida que se inmola en un autobús y el aviador que lanza una bomba de una tonelada desde un avión y mata a todo lo que esté por delante.

La historia de la violencia, de la injusticia, de la violación de los derechos humanos, que los palestinos sufren desde 1967, es lo que has visto con tus propios ojos en Gaza en cincuenta días de conflicto.

- Venir a Jerusalén, después de haber estado en Gaza, resulta muy extraño. Mientras que allí la gente está sumida en la desesperación, aquí la vida continúa como si nada, con sus tiendas, sus restaurantes, sus jardines. El contraste es abismal.

- Yo entiendo que te sorprenda la indiferencia hacia lo que sucede en los territorios ocupados. Es difícil de explicar. Por un lado creo que al israelí no le importa nada lo que pasa más allá de sus narices. No le importa lo que le suceda al judío oriental, al judío etíope o a los viejitos que ves aquí por las calles de Jerusalén buscando comida en los botes de basura.

No le importa porque conceptos básicos que eran fundamentales en la diáspora, como el de la solidaridad comunal, pervivieron un tiempo en Israel pero luego comenzaron a desaparecer en la medida en que crecía la ocupación.

Todo ese proceso de deshumanización, de bestialización de la sociedad israelí, comenzó en junio de 1967, aunque algunos dirán que lo hizo en mayo de 1948. A mi criterio todo esto empezó cuando tuvimos demasiada fuerza en nuestras manos. Nos confundimos, perdimos el norte, la conciencia, y desde ese entonces estamos dando vuelta borrachos de poder.

Y hay que entender la situación histórica. Dos mil años de un pueblo oprimido. De un estado de sojusgamiento y humillación, de pronto, en 1948, te encuentras con que eres independiente, con que ya eres el dueño de tu propia vida. No es fácil pasar de una situación mental a la otra.

En 1967, con el comienzo de la ocupación, no sólo fuimos dueños de nuestra vida sino de la vida de los palestinos. Y ahí se produjo el gran desfasaje. A partir de ese momento, el poder se nos subió a la cabeza. De repente, te encuentras en la misma situación en la que estaban nuestros opresores cien años antes en la diáspora.

A partir de junio de 1967 comenzamos a perder todas las bases morales que traíamos del judaísmo de la diáspora, del judaísmo bíblico, de los profetas. Y las fuimos perdiendo porque el poder degenera.

Tan corrompidos estamos hoy por hoy que la gente no se da cuenta, pero hay una íntima relación entre todos los casos de corrupción que salieron a la luz en las últimas semanas y la ocupación. Como el supuesto abuso sexual del presidente, o el hecho de que el jefe de las fuerzas armadas vendiera sus acciones antes de declarar la guerra, o como el caso del ministro de justicia, o del presidente mismo, que recibió un descuento de medio millón de dólares en la compra de su casa.

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