1. Los 40+.
  2. Los recién egresados.
En ambos casos la problemática se limita a que las empresas ignoran y subestiman el potenciales de los profesionales a nivel individual y realizan su elección por medio de la "juzgocrasia". Volviendo a la discriminación de siempre, pero esta vez no por diferencias culturales, de genero o religiosas; si no por diferencia de conducta, años y precio.
A modo de ejemplo:
  • "Los 40+ ya tienen mañas, están en las últimas y son caros."
  • "Los recién egresados no se comprometen, no tienen nada de experiencia, pero son baratos."
Es cierto que hay muchos profesionales de estos grupos que no hacen bien su trabajo por A o B motivo pero también lo es, que hay muchos quienes no entran en este perfil y tampoco lo hacen. El punto es que sin importar la edad, la experiencia o las formas de trabajar, lo realmente importante es el empeño, las ganas y capacidades, cuando uno hace algo con pasión, honestidad y perseverancia el resto viene solo. Hoy en día cualquiera puede ser emprendedor, no existe un título único y exclusivo para esa labor, cualquiera que puede y quiere logra. Y eso es lo maravilloso de nuestra época, las tecnologías y facilidad de acceso hacen que nuestra mayor limitante seamos nosotros mismos.

Y en este caso son las áreas de reclutamiento y headhunters, quienes ponen las barreras y no están siendo capaces de realizar bien su trabajo a la hora de tomar las decisiones de contratación, valorando las competencias reales de la persona. Por el contrario, encasillan a todos los que caben en estos grupos en una caja, ya cerrada y sin posibilidad de abrirse. Ofreciendo salarios ofensivos o simplemente ni siquiera se dignan a ver el perfil profesional de la persona lo cual es igual de insultante. 

Pero hay que considerar que siempre está presente la contra parte: If You Pay Peanuts You Get Monkeys. If You Pay Millions You Get Monsters... Todo tiene que tener su equilibrio, hay muchas personas que están contratadas con salarios millonarios que no realizan realmente su trabajo. Hoy en día se puede mejorar la oferta de trabajo con otro tipo de incentivos (siempre pagando un salario justo, por las competencias de la persona) que aumenten el valor del puesto, como lo es la flexibilidad de horario o trabajar algunos días desde casa. Aquí es donde entra la creatividad de las empresas y la innovación en las ofertas entregadas a los verdaderos talentos.

Sin embargo la realidad en muchos casos es que seguimos con una mentalidad antigua que juzga por las apariencias, dejando de lado lo verdaderamente importante que es la experiencia y la experiencia se crea no solo por estudios, también empíricamente con lo vivido. Las empresas debiesen invertir más en sus equipos (y proveedores) y contratar personas REALMENTE capacitadas para su puesto pagándoles por lo que valen sus aptitudes y por el valor que le van aportar a la empresa, solo así podemos tener la esperanza de avanzar inteligente y responsablemente.