Es un gusto encontrarnos nuevamente hoy y esta vez para hablar de un tema que, aunque ocurre bajo la superficie de nuestras plataformas digitales, es el corazón con el que palpita toda transformación tecnológica: hablamos sin duda alguna del poder computacional.
En este momento, mientras cada uno de nosotros revisa mensajes, lanza consultas SQL o despliega microservicios, hay una fuerza invisible—pero absolutamente crítica— trabajando detrás de escena. Me refiero, por supuesto, a los procesadores. No hablo solo de máquinas virtuales, o conteos de núcleos o a velocidades de procesamiento.
Estoy hablando de procesadores especializados, diseñados para cargas OLTP extremas, para cómputo de IA, para análisis masivo de datos, y hasta para cargas HPC que antes solo existían en entornos gubernamentales o científicos. Y aquí es donde se pone interesante…
Dentro de OCI ustedes pueden elegir entre silicio de Intel, AMD, Ampere cada uno con perfiles de rendimiento finamente ajustados para los distintos tipos de despliegue, pero:
¿Sabían que pueden provisionar entornos que compiten —y superan— a los data centers tradicionales, con una latencia que parece magia y una elasticidad que antes creíamos imposible?
Hoy haremos un pequeño viaje técnico y estratégico.
Vamos a abrir esa caja negra.
Vamos a descubrir juntos, cuál procesador podría ser la mejor opción para ustedes, tomando en cuenta el rendimiento de cada procesador en su uso para cálculos matemáticos. Así que listos, porque al final de esta presentación, no volverán a ver a un procesador como "simple hardware", lo verán como lo que realmente es: un instrumento de poder, precisión y ventaja competitiva.
¡Comencemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te agradezco tus comentarios. Te esperamos de vuelta.